Logomenkos: El mundo de Logomenkos
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La leyenda de Aleg el Lagarto
Por el Profesor Lenkin Jhathore, historiador de la universidad de Oxford.

La siguiente es la leyenda de Aleg el Lagarto, de quien no podemos decir mucho. Esta leyenda se encuentra en la introducción de su manuscrito Reglas para Tenkaton, que se encuentra en la biblioteca de Oxford. Este fragmento hace referencia a una ciudad llamada Minkaprisma. El autor de este prefacio no está del todo convencido de que esta ciudad haya existido (y mucho menos de la historia contada aquí), pero según ciertos estudios antiguos la ciudad habría existido entre el siglo IV y V en Europa occidental.

Estaba yo, hace tres años, en una gran feria que se había instalado en la ciudad de Minkaprisma, para celebrar su cumpleaños número trescientos cuarenta y dos. Yo había llegado a la ciudad hace apenas cinco días, y estaba ansioso de conseguir algo interesante para mostrarle a mis hijas. Mis ahorros apenas llegaban a ser de noventa monedas de cobre, aunque confieso que estaba muy convencido de que lograría conseguir algo digno de poseer.Anduve durante horas, de tienda en tienda, buscando minuciosamente mi tesoro. En realidad quería comprar algo no muy grande, para no encartarme cuando me devolviera a mi pueblo. Y de pronto lo vi... era hermoso. Bajo una de las tiendas más pequeñas, yacía una puertecita de no más de un dedo de alta, tallada en madera. Era, en realidad, un objeto demasiado simple. Pero su ternura, su color rojizo, y por supuesto, su precio (tan solo 5 monedas de cobre) me hicieron enamorarme de ella. Era muy frágil y de un olor muy agradable. Tras de sí tenía inscrito K.H. Me imaginé, por supuesto que se refería a las iniciales de quien la había tallado.Me dirigí amablemente hacia el tendero para decirle que compraría la puertecita. Él me la envolvió en una tela azul, diciéndome que ella era bastante delicada y de un valor muy grande. Cuando me iba retirando del lugar, muy feliz, quedé un poco sorprendido por las últimas palabras pronunciadas por el tendero: "Forastero, cuida muy bien de Khina!".Llegué al atardecer a una posada, donde pensaba pasar la noche para al otro día partir hacia mi pueblo. Luego de tomar algunas cervezas, me dirigí a mi habitación, ya muy cansado. Me tiré a mi cama ya sin fuerzas......Y todo ocurrió esa noche. Ya cuando yo estaba dormido, mis sentidos se revelaron. Vieron cómo las sombras se llevaban con exquisita habilidad mi hermosa puerta rojiza. Sin dejar sombra de sus sombras.......Y durante cien años me dediqué a averiguar por qué las sombras habían robado mi puertecita. Me encerré eternamente en mi habitación, rodeado de mis tres loros, y no dormí sino cada tres días. ¿Qué hice? Oh, no! No lo puedo revelar. Sólo puedo revelar los resultados de mis actividades. Debo decir que perdí casi toda mi corporeidad durante esos cien años. Al final todo se resolvió a mi favor.Por fin salí de mi habitación, oliendo a lo que huele un cerdo. Aunque ligeramente, pues de mí quedaba ya poquitico. Y recuperé mi puertecita... el corazón de mi vida. Entonces, me sumergí para siempre en aquel universo, que llamé, no sin razón, Logomenkos.

Mis estudios revelan que Aleg fue considerado un gran loco por la gente que leyó sus escritos en aquella época. Sin embargo, al parecer no acabó en un manicomio, pero tampoco vivió cien años. Su libro, Reglas para Tenkaton, en el que describe el supuesto mundo Logomenkos, tiene más de quinientas páginas y está escrito en un lenguaje ciertamente denso.Mi veredicto sobre la obra de Aleg el Lagarto no deja de sorprenderme. Si bien es casi seguro que todo fue invención suya, una bella fábula (quizás para entretener a sus contemporáneos), hay en su obra algunas verdades que parecen existir por sí solas, y una serie de coincidencias absolutamente imposibles de catalogar como mérito del autor. ¿De dónde sacó Aleg la idea de toda esta fábula? ¿Qué significaría, más allá de todo lo que se pueda decir a primera vista? Tal vez no tenga importancia. Tal vez el genio literario de Aleg haya engañado a este historiador que, como encontrándose frente a un mago, cae en los trucos más sutiles. Lo que sí puedo decir de todo esto es que, si Alejandro no era un genio de la ficción, y si mis sospechas son tan reales como la universidad a la que pertenezco por obra de Dios, entonces me he topado con alguna 'creación' realmente asombrosa....

- 5 de junio, 1820.

 


Índice

¿Qué es realmente Logomenkos?

Caracterización geográfica

El lenguaje

La organización social

Mitos de creación

Epílogo


Los siguientes capítulos corresponden a traducciones enormemente resumidas del libro Reglas para Tenkaton, de Aleg el Lagarto. Cada capítulo corresponde a un tema en particular, y han sido presentados aquí con el propósito de quien los lea se lleve una impresión muy general aunque completa del mundo ficticio de Logomenkos. Para quien esté más interesado en el tema, lo remito al excelente libro Aleg el Lagarto, escrito en 1823 por la antropóloga Mally Stevenson.

- Prof. Sheal K. Logmen, recopilador.


¿Qué es realmente Logomenkos?

Lo primero que pensé cuando me encontré por primera vez en lo que llamé Logomenkos fue: ¿es todo esto invento mío, de mis emociones? Y así lo creí al comienzo. Pero entonces, luego de pensarlo bastante me di cuenta de que no importa a qué conclusión llegara, siempre podía ser criticada severamente. Entonces me olvidé de tal problema para siempre. Años más tarde quise pensar de nuevo en el problema, y casi ocurre una calamidad por intentarlo. De ahí mi primera regla:

Si se quiere sobrevivir en Logomenkos no se debe pensar en si se está o no en un sueño.

Logomenkos es para mi gusto un universo caracterizado por la ausencia de reglas básicas. Quien viva en Logomenkos y crea que existe algún orden preestablecido rápidamente enloquecerá. Esto no entonces no nos deja sino con dos opciones: o bien enloquecer para no enloquecer, o bien resistirse a enloquecer y entonces inevitablemente hacerlo más adelante. He oído de una tercera opción durante mis viajes, mas no creo que realmente exista.

Como ya lo he explicado, mi entrada al mundo de Logomenkos fue mediante Khina, mi puertecita. Ahora me encuentro en Logomenkos. Me encontraba antes en el mundo 'normal'. Son dos mundos muy distintos. Pero lo que me pregunto es si Logomenkos es sólo una parte desconocida del mundo que ya conocía. O si Logomenkos es un mundo independiente del mundo que ya conocía, al cual accedí mediante un sistema que desconozco con detalle. Me pregunto, en esencia, ¿qué es Logomenkos?

No he encontrado respuesta definitiva a mi pregunta. Sin embargo, sí tengo una temporal. Pero antes quisiera dar a conocer las características más importantes de Logomenkos que he descubierto:

La inestabilidad: Logomenkos es ausente de reglas generalizables. Uno tal vez podría hablar de algunas leyes, pero se daría cuenta pronto que no se cumplen siempre, y en algunos casos, casi nunca. Se ha recurrido a explicaciones mágicas para esto, y la mayoría de quienes han desafiado estas explicaciones y buscado alguna lógica en todo este asunto han terminado desistiendo de su propósito. A quienes todavía piensan que existe explicación lógica para el mundo se les llama por los común charlatanes o primaristas. Yo les llamo simplemente, fantasiosos.

La diversidad de razas hablantes: En este mundo uno no puede fiarse de que algún ser vivo no hable, incluyendo cualquier planta o animal. Es más, atribuyo las voces fantasmagóricas que muchas veces escucho a criaturas invisibles para mí, aunque esto es simple especulación. No me sorprendería el hecho de que existan voces por ahí, sin ningún hablante que las hubiera emitido.

El poder del lenguaje: Logomenkos puede llegar a ser un paraíso para quien domine el arte del lenguaje, y una verdadera pesadilla para quien no lo haga. Esto se debe a que el mundo físico se encuentra subordinado al lenguaje. Las palabras habladas y lo que escribas puede influir realmente en el mundo. Alterar tu cuerpo, hacer que sucedan cosas, invocar seres, y muchas otras cosas. Se necesita, para esto, sin embargo, ser un maestro en el asunto. También se necesita, en algunas ocasiones mucho escepticismo Entre uno menos crea que va a suceder algo extraño, entonces eso sucede con mayor intensidad.

Los cambios de identidad: De las cosas más fantásticas de este mundo son los cambios de identidad. He sido testigo de cómo varios seres se unen para luego conformar un solo ser, o de cómo un solo ser logra fragmentarse para convertirse en dos o más seres. Lo que he visto es que este proceso es verbal más que de otro estilo. Los que van a fusionarse deben siempre dialogar, fusionándose en el diálogo, es decir, volviéndose uno. Luego (aunque en paralelo, pero más como consecuencia de lo que se está diciendo) viene lo físico. Igual ocurre en la fragmentación.

Mi conclusión sobre este mundo es que es exactamente lo contrario de lo que todo mundo imaginado por mí podría llegar a ser: con leyes eternas y estables, donde el lenguaje no determinara lo físico sino más bien al contrario. Y de lo que puedo decir sobre mis experiencias, Logomenkos no cumple con los requerimientos que yo imaginaba indispensables. Esto simplemente es así, y no me he puesto demasiado en serio en la tarea de investigarlo. Otros podrán hacerlo, si gustan.


Caracterización geográfica

Antes que nada quisiera permitirme decir lo siguiente: debo hacer muchas generalizaciones. No es cierto en todos los casos todo lo que digo aquí, sino más bien es cierto en la mayor parte de los casos. De esto hablaré más adelante, puesto que Logomenkos es un mundo bastante inestable.

Físicamente hablando, me atrevería a describir a Logomenkos como una gran selva cubierta por un hermoso cielo color púrpura, en donde habita una luna gris, y rodeada por un gran mar negro. Es algo extraño, pero en este mundo no hay sol; la luna se encarga de ser luna y ser sol a la vez... ni siquiera puedo justificar el porqué la he llamado luna en vez de sol, o mejor sol-luna, o porqué no la he bautizado con otro nombre. Para mí es una luna.

En aquella selva se encuentran frecuentemente terrenos rocosos muy extensos de forma muy irregular. He llamado a estos terrenos Kubbannas. Algunos kubbannas están a un nivel más profundo del nivel de la selva, y otros se encuentran a un nivel mucho más alto. Sin embargo nunca me encontré con un kubbanna que se encontrara al mismo nivel que el nivel de la selva. En los Kubbannas se han acentuado la mayoría de las regiones o civilizaciones que conozco. En ocasiones en el centro de ellos se encuentran desiertos o bosques.

La gran selva está rodeada por un gran mar negro muy profundo. La primera vez que me encontré con este mar no pude contener mi sorpresa puesto que no estaba acostumbrado a un mar negro. Pero luego me animé a introducir mi mano en aquella sopa. Es un líquido muy fluido, que por momentos parece como el agua. Pero es más caprichoso. A veces, sin razón alguna, se levanta, se desintegra en gotas, o comienza a fluir.

En Logomenkos abundan unos pequeños riachuelos (también de aguas negras), que he designado con el nombre de liks. Los liks son muy poco extensos, o al menos parecen serlo. Pero a veces bajo ellos se esconde un mundo donde habitan criaturas bastante grandes de varias patas que describiré en su debido momento. Con las palabras adecuadas se puede uno sumergir en un lik y llegar a invadir los territorios de estos seres gigantes, que son regiones de una gran belleza. Sin embargo, el problema radica en salirse de un lik. En una ocasión duré atrapado más de cien días. He tomado la sabia decisión de no entrar más a estas tierras.

No sería muy útil describir el clima de Logomenkos, debido a que es demasiado inestable y no puede predecírsele. Aunque por momentos parece estabilizase. Es muy frecuente que llueva fuertemente (agua, es decir, distinta del líquido del mar y los riachuelos), pero las lluvias son en muchas ocasiones interrumpidas por un calor descomunal. Las nevadas no son muy frecuentes, aunque sí más que los veranos intensos. El clima típico es un clima frío, fácil de soportar por la mayoría de los seres.



El lenguaje

Lo más distintivo de Logomenkos, es, en realidad, el papel que juega el lenguaje. Podría decirse no que el mundo es quien somete a sus habitantes, sino que es el lenguaje de sus habitantes el que somete al mundo, el que lo caracteriza. Y es también el lenguaje el que les da su identidad, es decir, lo que ellos creen ser. El lenguaje es el espíritu primario de Logomenkos. Y es por eso que en este mundo ocurren cosas verdaderamente impresionantes.

En primer lugar, me atrevo a decir que no es tan importante lo que hagas en el mundo físico sino más bien lo que hagas en el mundo del lenguaje. Incluso más importante que lo que pienses. Lo que dices influye no sólo en las acciones de los otros, sino que con un algo de práctica puede llegar a influir en el mundo físico. Pero para esto, además de práctica, se requiere una gran cantidad de ingenio y experiencia.

La consecuencia más inmediata de la importancia del lenguaje como medio de supervivencia es que los seres han desarrollado numerosas estrategias para aprovecharlo al máximo. Aquí me referiré a cuatro de ellas.

Falacias: He conocido a numerosos seres que utilizan razonamientos incorrectos para cambiar el orden natural de las cosas. Así, mediante estos errores lógicos de su razonamiento, logran hacer que el mundo se comporte de una manera no convencional. Sin embargo, se requiere de gran destreza e ingenio para lograrlo. Es como si un espíritu evaluara lo que dijeras o escribieras y si lo considera lo suficientemente elaborado, entonces altera el mundo.

Retórica: Otros seres prefieren, más que razonamientos incorrectos, utilizar sus habilidades retóricas para sobrevivir en Logomenkos. Mediante juegos de palabras, metáforas, analogías y muchas otras estrategias, logran alterar el universo. Sin embargo, a diferencia de las falacias (o los errores de razonamiento), las consecuencias del uso de la retórica pueden ser más inesperadas y menos intencionadas. Por esto es muy peligroso su uso, y quienes tienen algo de sentido común prefieren utilizarlas únicamente si las han estudiado minuciosamente.

Provocación: Otro recurso que he encontrado sumamente útil consiste en la provocación. Decimos algo sobre el mundo que es disparatado, pero no pretendemos justificarlo, ni mediante razonamientos lógicos ni mediante razonamientos aparentemente lógicos, ni mediante juegos de palabras. Simplemente hacemos la afirmación. Esto puede producir una alteración del orden del mundo pero sin embargo su duración es muy poca. De nuevo, el uso de las provocaciones no es tan fácil. El espíritu del que hablé anteriormente para referirme al uso de las falacias, aquí también parece que evaluara qué tan disparatada ha sido nuestra provocación. No todas las provocaciones funcionan. Sin embargo, no es tan difícil hacer uso de ellas.

Creación de nuevos conceptos, palabras y/o símbolos: Esta estrategia consiste en inventar nuevos conceptos, palabras y/o símbolos, permitiendo así referirse de una manera más efectiva a aquello a lo que se está hablando. Mucho de lo que se quisiera hacer no se puede debido a que el lenguaje no permite verlo. Así, creando estos nuevos vehículos, muchos seres han podido lidiar con el mundo de una forma mucho más poderosa.

Existen otras estrategias más difíciles de utilizar, de las que hablaré en otro capítulo, incluyendo algunas que probablemente no conozca. Sin embargo las cuatro anteriores son las más utilizadas.

Este mundo es de veras bien inconsistente. Porque para dos seres diferentes se pueden dar dos 'verdades' lo suficientemente reales. Y justo cuando van a chocar en una contradicción, ocurre un fenómeno bastante conocido que he denominado Salto salvador. El salto salvador se encarga de mantener al mundo en funcionamiento. Si, como dije antes, se está a punto de llegar a una inconsistencia o contradicción, entonces pueden ocurrir varias cosas. O bien al ser cuya consciencia está a punto de descubrir la inconsistencia se le olvida de repente aquello sobre lo que estaba pensando, o bien se le ocurre una idea que naturalmente es falsa, pero que soluciona la inconsistencia. Cuando un salto salvador ocurre, una nube verdosa rodea a quien estaba a punto de descubrirla.


La organización social

Logomenkos se caracteriza por que no existe una regla general que determine que un ser de una raza en particular no pueda hablar, tal y como lo entendemos nosotros los humanos. Sin embargo no resulta tan frecuente que esto suceda. Existen más bien casos aislados de pelícanos, murciélagos, árboles y otros seres que han podido comunicarse con los seres humanos.

Por lo general en Logomenkos coexisten sociedades muy parecidas entre sí, aunque muy cerradas, que llamaré regiones. Es decir, por lo general no existen regiones centrales, que dominen a otras, sino pequeñas poblaciones autosuficientes que en ocasiones y bajo ciertas circunstancias especiales se relacionan con otras. A continuación describiré cómo es una región típica.

Una región se compone de aproximadamente 50 miembros, que incluyen humanos, algunos animales, y otros seres extraños que varían según la región. Una vez conocí una región donde algunos miembros eran esculturas de animales (que respiraban y hablaban, por supuesto). De los 50 miembros, unos 40 son prácticamente indistinguibles. Los otros 10 son seres únicos, legendarios, diferentes a los demás, que cumplen una función muy particular dentro de la sociedad.

Jefes: Casi siempre existe uno o dos jefes que representan la autoridad. Estos jefes podrán o no ejercerla en realidad; lo importante es que la simbolicen. Algunos amigos míos han atribuido esta peculiaridad alegando la necesidad de las sociedades de, viviendo en un mundo sin leyes estables, poseer figuras que aunque ilusoriamente representan el orden absoluto. Mas debido a esto es que muchas de las sociedades únicamente valoran a sus jefes como figura de presencia, prefiriendo en la práctica prescindir de ellos en la mayoría de los casos. A veces, cuando se les da mucha importancia ocurren problemas debido a su incapacidad para controlar situaciones comunes.

Seres fugaces: Existe en cada región una o máximo unas cuatro personas que se distinguen por tener plena conciencia de lo que ocurre alrededor de sí. Esta persona no participa activa o directamente en la sociedad, razón por la cual pasa muy desapercibido por sus paisanos. Pero está al tanto de todas las actividades de la sociedad en general, sin conocer, claro está, todos los detalles. Su poder radica en su capacidad de percepción, más que de profundidad y rigurosidad. He denominado a estos seres, seres fugaces. No estoy muy seguro de cuál es el objetivo que los seres fugaces tienen (o incluso si éste es único o depende de la región), pues ellos lo saben esconder muy bien. Los seres fugaces son los guías por excelencia de los recién llegados a una región.

Tribunal: Unos 10 o 12 seres constituyen el tribunal de la región, y son los encargados de tomar las decisiones prácticas. Este tribunal es muy variado; en él hay desde seres muy ingenuos hasta seres muy vivos, y algunos muy ambiciosos.


Mitos de creación

De los cientos de mitos que he escuchado sobre la creación del universo Logomenkos, la mayoría de ellos terminan siendo muy leves variaciones de tres mitos principales que describiré a continuación. En realidad yo no tengo preferencia por alguno de ellos en especial.

El mito del ruido

"En el principio de todo no había más que ruido por todos lados. Con ruido me refiero a energía de cualquier tipo sin algún orden o alguna armonía Dominaba el desorden, y no existía ningún ente dotado de conciencia. El ruido no hacía sino causar más ruido.

Hasta que en algún lugar del espacio y en un tiempo bien definido, un choque de energías produjo un ruido con cierta estabilidad, que pronto dejó de ser ruido. Este nuevo ser logró una gran estabilidad y pudo sobrevivir los ataques del mundo, y para esto desarrolló conciencia. Es decir, llegó distinguirse de su entorno, identificando una línea algo borrosa entre él y el universo, desarrollando el lenguaje como un instrumento para mantenerse vivo, dando sentido a sus acciones. Él se dio a sí mismo un nombre que más o menos corresponde a Fago. Mediante su lenguaje, llamado el Lenguaje sagrado, logró crear más seres como él a partir del ruido. Incluso él le atribuyó conciencia al ruido, creyendo que el objetivo de este ruido era destruirle. Así nació la conciencia sobre el bien y el mal y la eterna lucha de eternos.

Poco a poco fue surgiendo más orden a partir del ruido, y el mundo se volvió un mundo mucho más estable, pero con mucho desorden todavía. El Lenguaje Sagrado se encargó de mantener algo de orden, reconociendo sin embargo que el universo era en esencia desordenado.

Se dice que Fago dejó sus voces sagradas impregnadas eternamente en el Valle Esquivo, donde cuenta esta historia. Se dice también que en el final de los tiempos todo volverá a ser ruido completamente porque Fago fue creado por el ruido, entonces debe volver al ruido".

¿Qué puedo decir de este mito? Bueno, me parece bastante plausible la historia, pero no creo que al final de los tiempos todo vuelva a ser ruido. Esto no tiene por qué ser así. Sin embargo aceptaría la posibilidad de que todo se repitiera. Ruido, orden, ruido, orden,... Aunque no sé que sentido pueda tener todo esto. Tal vez ninguno.

El mito de la voz aguda

"En un comienzo no existía nada, sino únicamente una voz aguda. Esta voz estaba dormida, cuando de repente despertó, haciéndose sonido. Este sonido fue creando al mundo, muy rápidamente. Luego de crear los paisajes creó a los seres, dándoles conciencia y un poco de su voz. Esta voz no creó el lenguaje, sino que este siempre estuvo allí esperando para ser hablado. La voz no tenía pensamiento; ella en sí era voz y pensamiento. Lo que pensaba, era porque lo pronunciaba. La voz no existía dentro de algún cuerpo, sino que fluía eternamente en el espacio, atravesándolo todo

Luego la voz designó a algunos seres que representaran su voz regidora, para ejercer autoridad. Estos seres hoy por hoy son los jefes de las regiones, que han sido designados en un pasado por otros jefes que iban a dejar de regir.

Al final de los tiempos, cuando hayan muerto todos los reyes y todos los seres, las pequeñas voces se reunirán en una sola voz que finalmente formará la primera voz de nuevo. Entonces la voz decidirá si volver a darle vida al mundo o apagarse para siempre y con ella destruir al universo para la eternidad".

Es una buena historia, pero no sé que pensar de una voz sin alguien que la produzca. ¿Existe tal cosa? No me extrañaría demasiado que así fuera. He visto cosas más aterradoras.

El mito del sueño

"Todo el universo es el producto del sueño o la proyección de algún ser que en realidad existe. Cuando ese alguien, llamado el Creador, comenzó a soñar el sueño, los seres de su sueño adquirieron conciencia, conciencia que representa una pequeñísima fracción de la conciencia total del creador.

Durante al sueño del creador algunos seres logran despertar completamente, esto es, hacer de su conciencia algo independiente de la conciencia del creador, y escapar. Pero no será por mucho tiempo, pues no podrán sobrevivir lejos de él. Cuando descubran los agujeros más profundos en su identidad, se desintegrarán y sus fragmentos desaparecerán.

Sin embargo, cuando el Creador despierte de su sueño y vuelva su conciencia al mundo real, los seres que tengan más coraje podrán sobrevivir y llevar una vida independiente. De lo contrario se fundirán de nuevo, como antes, perdiendo toda identidad posible hasta que un nuevo sueño pueda mandarlos de nuevo a la tan solo ilusoria autosuficiencia".

Debo reconocer que es difícil para casi todos los seres de Logomenkos creerse esto. Sin embargo dada mi condición, no me resulta nada difícil creer que este mito sea posiblemente verdadero.

Otros mitos

Como afirmé anteriormente, existen muchos otros mitos sobre la creación de este universo. Algunos hablan de dioses que se enfrentaron para dominar el universo, creando luego las razas para ayudarles, otros hablan de unas mejores épocas antes que estas donde todo era más ordenado, y otros dicen que todo ha existido así eternamente.


Epílogo

A quienes no crean en lo que he dicho en estas páginas les puedo decir que yo sí lo creo por la sencilla razón de haberlo vivido por mi propia experiencia. Si tal vez alguno de ustedes tuviera la fortuna o la desdicha de entrar a Logomenkos, me creería plenamente, e incluso tal vez lo que ha leído le llegaría a ser lo suficientemente útil como para sobrevivir.

Supongo que el lector se preguntará cómo hice para, estando en Logomenkos, poder mandar este manuscrito a mi mundo natal. Pues bien, la respuesta tomaría cientos de páginas y tal vez algún día publique la respuesta y la mande allí. De todos modos ni siquiera sé si mi método ha servido o si le estoy escribiendo al ruido y nada más. Supongo que si me leen seré considerado loco.
He sobrevivido durante más de 400 años aquí en Logomenkos, aprendiendo tantas cosas como he querido aprender. En todo caso, quisiera que lo que he aprendido sirviera de algo para los que se encuentran en mi mundo natal, y no solo los de mi pueblo, sino cualquier ser humano que en cien mil o cien mil años lea mis escritos. Posiblemente sean quemados y me consideren loco (aunque no me vean, por supuesto). Pues bien, no estoy loco, pero no importa si me creen o si nunca puedan entrar aquí. Me gustaría que algunas almas lo suficientemente listas y con el coraje suficiente pudieran sacar algún provecho real de todas mis experiencias, transformándolas en algo práctico que sirviera de algo. No sé si esto sea posible o si alguien lo llegue a considerar... tal vez podrían inventar un juego que simulara que se está en el mundo de Logomenkos. Tal vez así podría aprovecharse, no únicamente durante el juego sino en otras situaciones, mis descubrimientos. Tal vez se podrían hacer nuevos descubrimientos. Quizá alguien pueda encontrar la manera de entrar aquí y sacarme.

Lo único que les digo es que soy Aleg, y así sea real o una mera ficción tengo el poder suficiente como para lograr en el lector una impresión duradera. Logomenkos existe, mas no puedo probarlo. Pero no basta con creer. Al menos si el lector pudiera vivirlo...